Esta es la forma más eficaz de lavar tus fresas frescas de verano

¿Hay algo más esencialmente veraniego que una canasta de fresas recién recolectadas? Sin embargo, antes de morder uno de estos jugosos bocados, querrá asegurarse de que está limpiando adecuadamente su fruta para asegurarse de que usted y su familia no consuman suciedad, insectos o productos químicos innecesarios antes de hornear en un deliciosa tarta de fresas o combinándola con ruibarbo para obtener la tarta perfecta.

El único momento para renunciar a la preparación de alimentos

En primer lugar, no lave las fresas hasta que esté listo para cocinarlas o comerlas. Las fresas tienen una calidad similar a una esponja que hace que absorban la mayor cantidad de humedad posible, lo que significa que si las lava con anticipación y luego las almacena, se recuperarán mucho más rápido.

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Mantenlo simple

Si está comprando bayas orgánicas en un mercado de agricultores u otra fuente local, solo necesita enjuagarlas con agua fría antes de secarlas sobre un paño de cocina o una toalla de papel. Luego, estará listo para cortar, hornear o meterse en la boca.

Limpiar con un lavado de vinagre

Si está comprando sus fresas en la tienda de comestibles, y especialmente si se han cultivado de manera convencional con pesticidas, querrá dar algunos pasos más antes de consumirlas. Las fresas son uno de los cultivos convencionales más fumigados que existen y desea minimizar la cantidad de pesticidas que usted y su familia consumen. Además, el viaje desde la gran granja hasta el estante de la tienda de comestibles es largo y sus bayas han sido manipuladas por muchas personas diferentes y expuestas a diferentes condiciones. No hace falta decir que vale la pena unos momentos adicionales para asegurarse de que su fruta esté lo más limpia posible.

Para eliminar más suciedad y productos químicos de las bayas, llene un recipiente grande con cuatro partes de agua y una parte de vinagre blanco. Coloque las bayas en el recipiente para que queden completamente sumergidas con el vinagre y déjelas en remojo durante 20 minutos. Enjuague bien la fruta con agua fría y séquela con un paño o toallas de papel. No se preocupe, no quedará ni una pizca de vinagre, solo el sabor dulce y perfectamente picante del verano.