La sandía es la fruta de verano por excelencia: es dulce, refrescante y lo suficientemente jugosa como para saciar la sed en los días sofocantes. Puede llevarlo a la playa o una barbacoa tal cual, o servirlo en una ensalada, cóctel, granizado o convertirlo en gelatina.
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También es increíblemente económico cuando está en temporada, siempre y cuando se mantenga alejado de esos costosos envases precortados. Comprendemos por qué son tan tentadoras: las sandías son enormes, pesadas y están llenas de un delicioso jugo que puede esparcirse por todas partes si no se utiliza la técnica adecuada para cortarlas.
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Aquí tienes una forma sencilla de manejar tú mismo el trabajo resbaladizo. Recomendamos tener a mano un cuchillo de chef de 8 pulgadas recién afilado y una tabla de cortar lo suficientemente grande como para manipular la sandía para el trabajo. Una vez que lo hayas acertado, echa un vistazo a nuestro resumen de deliciosas recetas de sandía.
Sigue estos pasos
- Corta la sandía por la mitad alrededor del ecuador.
- Coloque las mitades sobre una tabla de cortar con los extremos anchos y planos hacia abajo.
- Trabajando de arriba a abajo, use un cuchillo de chef para cortar la piel en tiras, siguiendo la curva del melón.
- Con las mitades aún en pie, haga rebanadas paralelas y uniformes a través de la parte superior.
- Gire la sandía 90 grados y córtela nuevamente.
- Manteniendo las rebanadas juntas, voltee la sandía de lado, de modo que su cuchillo esté en ángulo recto con las rebanadas más recientes.
- Haz rodajas paralelas a lo largo de la sandía para formar cubos.